A continuación te presentamos los tipos de copas de acuerdo a cada vino, ya sea tinto, rosado, blanco o espumoso.
La elección de la copa adecuada enriquece la experiencia de degustar vino, ya que están diseñadas para cuidar las cualidades de cada vino.
Vino Tinto.
- Tamaño estándar.
- El cáliz tiene una boca amplía.
- De tallo alto.
- Se sirven 3/4 de copa.
- Temperatura ideal: entre los 13 y 14 grados.
- Debe permitir la oxigenación del vino, para despertar los aromas a flores y frutos (de menor peso molecular), minerales y terrosos (de mediano peso molecular) y bouquet complejo (de alto peso molecular).
- La apertura del cáliz más pronunciada permite que el vino bañe toda la boca, por lo que dientes, lengua y encías entren en contacto con el líquido, lo que despierta distintos gustos y sensaciones.
Vino Blanco o Rosado.
- Copa de menor tamaño
- El cáliz no es tan pronunciado y tiene una forma ligeramente recta.
- El tallo es alto.
- Se sirve 1/3 de la copa para conservar la temperatura del vino.
- El vino se sirve entre 6 y 8 grados.
- Al tener notas a flores y frutas, su peso molecular es menor, por lo que no requieren de tanto espacio para poder percibir su aroma.
- Al tener la apertura del cáliz mas pequeña, obligan a inclinar la cabeza por lo que el vino cae en la parte media de la lengua donde están la mayoría de papilas detectoras de la acidez.
Vino Espumoso.
- El cáliz es más alargado y delgado, es decir ‘tipo flauta’.
- El tallo es alto.
- La apertura del cáliz es más angosta, lo que permite que las burbujas se concentren en la parte superior y el vino no tenga tanto contacto con el oxígeno.
- La temperatura del vino al verterlo en la copa debe ser entre los 5 y 6 grados.
- En aquellas cuya estética es limpia se observa la textura del vino con mayor facilidad. La espuma debe ser fina y constante.
- La apertura del cáliz obliga a inclinar la cabeza hacia atrás al beber, dirigiendo el vino a los sectores medios y de atrás de la lengua, resaltando su acidez.